POLITICA DISRUPTIVA VERSUS POLITICA TRANSGRESORA

Estamos abandonando la época que se caracteriza por la política transgresora, es decir, aquella que se identifica con el quebrantamiento de las reglas sobre su cumplimiento.

La política disruptiva es lo que viene, y es la que va a imponerse por sobre la política transgresora, que va quedar en el pasado.

¿Que es la política de la disrupción?

Es todo aquello que produce una ruptura en el desarrollo de la actividad de un país, propiciando una renovación en la mentalidad de la población para dirigirla hacia una mejor calidad de vida, reinventándose en forma positiva y produciendo con creatividad, la innovación que emprenda un nuevo acuerdo social aceptado por el conjunto, mediante un modelo omnicomprensivo, que implique el cumplimiento de las reglas establecidas a través de una puesta de valor alternativa, cuyo objetivo estratégico sea sostenible y sustentable en el tiempo en forma definitiva, que vaya resolviendo los problemas de manera efectiva, facilitando las actividades interactivamente, desarrollando sistemas automatizados con la ayuda de la tecnología digital y la inteligencia artificial, conducida por la inteligencia humana sembrando el pensamiento disruptivo, contrapuesto al pensamiento transgresor que desafió el status quo ya superado.

La política disruptiva buscara nuevas conexiones que tiendan a mantener el equilibrio y mejorando lo existente e incluyendo a todos los actores mancomunadamente comprometidos compartiendo la administracion de la cosa publica.

Podemos avizorar que se desarrollaran habilidades nuevas, que se afirmen en la resiliencia, el pensamiento critico, la empatía y el trabajo en equipo. Los robots no reemplazaran con inteligencia artificial a la inteligencia humana, ya que ellos no pueden reproducir la consciencia, pero si facilitaran el desarrollo de las habilidades nuevas, en un ámbito multidisciplinario, que imponga seguir aprendiendo y educarse con un propósito, movilizando recursos, lo que producirá una sinergia entre las computadoras y los humanos, quienes especialmente hoy están transitando en la nueva segunda adolescencia entre los 60 y 100 años de edad.

Nos reinventaremos sin pensar en jubilarnos con una nueva mentalidad por una mejor calidad de vida para esta y las futuras generaciones, poniendo a cargo de la dirección del estado a la generación del siglo XXI bajo el mentolado de aquellos de la generación anterior que no participaron en política.